Respetable Logia Simbólica nº 143
Moriá
Murcia

Zadkiel de Valls (1988)

Zadkiel de Valls

PINTURA ALQUMICA

El pintor Dino Valls se siente profundamente atraído por el arte y la ciencia medievales. Es un momento de la historia que él entiende muy bien y que ama a raíz de su conocimiento del mismo. Los manuscritos del medievo suelen estar redactados por personas que poseían una imaginación activa para recrear escenas e imágenes que funcionaran como códigos y que a la vez no fueran condenadas por la iglesia. El arte depurado de esa época viene influenciado por el ansia del hombre de perfeccionarse a sí mismo para asimilarse al Creador. Lo que podría ser considerado como la ciencia del momento, la alquimia, era la doctrina que anhelaba conquistar el conocimiento pleno del mundo físico y espiritual.

Valls introduce muchos símbolos alquímicos en sus obras para así hablar de su igual búsqueda del perfeccionamiento del alma a partir de un comportamiento impecable. Una obra suya que emplea símbolos alquímicos de un modo llamativo es Zadkiel (1988). La pieza clave es el personaje andrógino que se sitúa justo en medio de la composición, y también el dragón sobre el que está parado. Vemos una estructura perfectamente simétrica, cuyo punto central es la pelvis hermafrodita del Rebis. Estos personajes del cuadro son presentados al público por medio del leguaje; el latín es el que Valls prefiere, por ser la lingua franca de la Europa occidental de entonces y, en cierto modo, de ahora, ya que es raíz o complemento de muchas de las lenguas actuales de occidente. El andrógino lleva bordada la palabra Rebis (cosa doble) en su vestidura, y sobre la cabeza del dragón se posa la filacteria que dicta Ego sum draco. El Rebis es entendido como el primer humano creado por Dios, a su imagen y semejanza y andrógino en consecuencia. Dios decide dividir, en esta criatura, su mitad masculina de la femenina. Debilita al humano, haciendo que cada mitad buscase, desde ese momento, a la que la complementaba. El Rebis sobre el dragón es un modelo tomado de documentos de alquimia; sin embargo no se puede saber su significado exacto si no se es un alquimista. Podemos entenderlo como el reflejo de los contrarios en cada cuerpo y la superación, equilibrio y perfección conseguidos a través de la unión de los opuestos.

arte_masonico_Zadkiel_de_VallsEn este lienzo tan complejo, no todo se resume ahí. El título de la obra es el nombre de uno de los siete arcángeles. Zadkiel es el ángel asociado al planeta Júpiter y el que equivale al día jueves de la semana. La mujer de la izquierda, quien está vestida con el color de este arcángel, el morado, más su color opuesto, el amarillo, tiene en el cuello el talismán de Júpiter con la palabra SATQVIEL. Esta mujer levanta su índice izquierdo para enseñarnos el cuadrado mágico de Júpiter que hay tallado en el muro del fondo, y un personaje diminuto que se encuentra a la derecha del cuadro sostiene otro cuadrado mágico del mismo planeta. Estos cuadrados están formados por dieciséis casillas que resultan de cuatro secciones horizontales cortadas por otras cuatro verticales. Los números están dispuestos de manera que la suma de las cifras de cualquiera de sus lados siempre da por resultado 34. A lo largo y ancho de todo el cuadro, Valls refleja estos mismos números con letras hebreas de valor numérico del uno al dieciséis, por tanto, todo el lienzo en sí es un cuadrado mágico.

Si observamos detenidamente las distintas pistas que el pintor va dejando, descubriremos la estructura matemática del lienzo: hay dieciséis cuadriláteros perfectos rodeando dichas letras en toda la superficie de la obra. Para terminar con este cuadro, miremos lo que sostienen las manos del Rebis. El lado masculino porta un compás que enfatiza la fuerza fálica y la perfección del círculo, mientras que la escuadra del lado femenino representa la rectitud de pensamiento; ambos se funden en el principio matemático que rige al universo.

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