La Masonería es una institución de carácter fraternal, filosófico, iniciático y filantrópico, que tiene como fundamento la creencia en el Gran Arquitecto del Universo y como objetivo el perfeccionamiento ético y moral de sus miembros y, a través de ellos, de la sociedad.
La Gran Logia de España es la única representante en España de la Masonería Regular y sólo admite hombres de sólidos valores éticos y que confían en la existencia de un Ser Supremo, al que se denomina Gran Arquitecto del Universo.
Las Tres Grandes Luces de la Masonería son: la Escuadra, el Compás y el Volumen de la Ley Sagrada, las cuales han de presidir, siempres, las reuniones.
Uno de los principios masónicos más importantes es evitar toda discusión religiosa o política, por lo que no se manifiesta al respecto, salvo para defender los principios democráticos, la igualdad entre todos los hombres y la libertad de culto.
Se da especial importancia a la conservación de los antiguos deberes, usos y costumbres de la Orden, base de su Tradición.
La relación entre los masones se basa en el respeto y la igualdad, por lo que las jerarquías de la Orden sólo responden a las siguientes circunstancias:
Otro de los principios masónicos establece que la fraternidad se extiende a todos los hombres que pueblan la tierra, propugnando la igualdad de dignidad, oportunidades y derechos fundamentales entre todos los seres humanos.
La meta de la Francmasonería es el perfeccionamiento moral de cada hombre y el desarrollo máximo de su ser.
Considera que, además de los valores humanistas, es preciso atender a la componente trascendente. En este sentido, realiza todos sus trabajos iniciáticos “A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo”, término genérico y adogmático que representa al Ser Supremo. Se trata de una denominación inclusiva que respeta cualquier opción religiosa o filosófica que contemple la existencia de un ser o entidad superior al hombre.
La vía iniciática pone al ser humano en el camino de la búsqueda de la Verdad y del propio Gran Arquitecto del Universo, y ello por el triple sendero de la ética, la razón y la fe o la intuición trascendente, a la luz de la libertad de conciencia.
El resultado es una comunidad de librepensadores basada en el respeto por la libertad ajena.
Consecuencia práctica de esta orientación es proscribir las confrontaciones de tipo partidista, sectario o doctrinal en el seno de la Orden, lo que, de ninguna manera, excluye los debates filosóficos de cualquier índole.
Todos los trabajos iniciáticos de la Masonería regular están presididos por tres símbolos:
La libertad de conciencia es otro de los principios masónicos en el que se basa la Francmasonería, dando cabida en la Fraternidad a cualquier creencia religiosa o posición espiritual que pueda abrazar cada uno de sus miembros y a toda posición filosófica positiva respecto de lo trascendente.
Por el contrario, el ateismo, así como las posiciones desinteresadas por todo lo que trasciende al ámbito del Humanismo, no tienen cabida en el planteamiento iniciático de la Masonería regular.
La Francmasonería Regular no ejerce ningún tipo de acción política desde el punto de vista institucional y no manifiesta públicamente ningún posicionamiento ante las diversas coyunturas socio-políticas, pues ello sería contrario al respeto a la libertad de conciencia de sus miembros.
La meta del perfeccionamiento de la Humanidad se basa en mejorar a cada uno de los seres humanos individualmente, eso sí, en el seno de un Taller colectivo organizado y gradual.
La Beneficencia es un pilar fundamental de la Francmasonería y es uno de los principios masónicos que se desarrolla de manera discreta.
Sin desechar acciones puntuales de tipo asistencial, aspira a una acción benefactora más eficiente y duradera, basada en los procesos de capacitación de los necesitados para que puedan ellos mismos mejorar su condición. En este sentido, se interesa especialmente por las intervenciones formativas.
La Masonería se inspira en su propia tradición y trabaja con fidelidad a los Antiguos Usos y Costumbres, lo que no impide un enfoque de perfeccionamiento contínuo que se ha evidenciado a lo largo de la Historia, ya que el sistema de valores que utiliza y desarrolla tiene una validez atemporal y universal.