Aquí encontrará respuesta a la mayoría de las preguntas que todos nos hacemos en algún momento al plantearnos conocer más seriamente la Masonería Regular, por mera curiosidad o con el deseo de llegar a ser Iniciados un día.
De no encontrar respuesta a su inquietud puede formularnos sus propias preguntas; que serán atendidas de manera "discreta" y fraternal por correo electrónico a: secmoria143@gmail.com.
Porque orienta al hombre hacia la investigación racional de las leyes de la naturaleza, invita al esfuerzo del pensamiento que va desde la simbólica representación geométrica hacia la abstracción metafísica.
Porque practica el altruismo, desea el bienestar de todos los seres humanos y no está inspirada en la búsqueda de lucros personales de ninguna clase. Sus esfuerzos y recursos están dedicados al progreso y felicidad de la especie humana, sin distinción de nacionalidad, raza, sexo ni religión, para lo cual tiende a la elevación de los espíritus y a la tranquilidad de las conciencias.
Es conservadora de la tradición iniciática y de los valores morales más puros y elevados. Progresista porque enseña y practica la solidaridad humana y la absoluta libertad de pensamiento. La Masonería tiene por objeto la búsqueda de la verdad desechando el fanatismo abordando sin prejuicios todos los nuevos aportes de la invención humana, estudia la moral universal y cultiva las ciencias y las artes y no pone obstáculo alguno en la investigación de la verdad.
De ninguna manera. LA MASONERÍA NO ENTRA EN LAS CREENCIAS O PRÁCTICAS RELIGIOSAS DE CADA UNO DE SUS MIEMBROS, es respetuosa con las creencias individuales y prohíbe a sus miembros discutir entre ellos aspectos relacionados con la Religión. Además NO está afiliada ni puede afiliarse a ninguna religión determinada, ni compite con ellas.
Elevándose sobre toda clase de discusiones, ofrece a los amantes de la verdad el terreno más apropiado para el cultivo de la inteligencia mutua y la unión fraternal. No reconoce en la investigación científica ninguna autoridad superior a la razón humana. Admite en su seno a personas de todos los credos religiosos, sin distinción, siempre que sean hombres libres y tolerantes y respeten todas las opiniones sinceramente profesadas, es decir, exentas de fanatismo, egoísmo y supersticiones.
“La Masonería es una institución esencialmente filosófica, filantrópica y fraternal. Son sus principios: La Libertad, La Igualdad y La Fraternidad y su lema: Ciencia, Justicia y Trabajo”
“Se propone la investigación de la verdad, la perfección del individuo y el progreso de la humanidad”
“Considera que la moral es tanto un arte racional, como un fenómeno evolutivo propio de la vida colectiva, que obedece a las leyes naturales. Reconoce al Gran Arquitecto del Universo como símbolo de las supremas aspiraciones o inquietudes de los hombres que anhelan captar la esencia, el principio y la causa de todas las cosas. Para el esclarecimiento de la verdad no reconocer otro límite que el de la razón humana basada en la ciencia. Exige de sus adeptos la más amplia tolerancia y por ello respeta las opiniones políticas y las creencias de todos los hombres.”
“Reconoce que todas las comuniones religiosas y políticas merecen igual respeto y rechaza toda pretensión de otorgar situaciones de privilegio a ninguna de ellas en particular".
“La Masonería, institución esencialmente humana, trabaja sin tregua por el logro de sus fines, buscando una más armónica estructuración de la vida sobre bases de amor y de justicia social”.
“Viene actuando, por ello, desde el fondo de los tiempos, como el tenso resorte que acelera la evolución teniendo en cada etapa de la historia una finalidad determinada de acuerdo con las necesidades y aspiraciones del ambiente. Flecha de un anhelo proyectado al porvenir, sus esfuerzos del pasado han contribuido a los progresos de que goza el presente. Aspira por la evolución y el esfuerzo organizando de la sociedad al perfeccionamiento cada vez mayor de las instituciones sociales, transformándolas en las que satisfagan, dentro de un régimen de libertad, justos anhelos de mejoramiento”.
“Procura por todos los medios lícitos a su alcance, dignificar al hombre capacitándolo, por un desarrollo superior de la conciencia, para el mejor y más amplio uso de los derechos y libertades”.
“Condena la intolerancia, abomina el fanatismo y declara su repudio por los regímenes de fuerza y de violencia como contrarios a la razón y denigrantes para la especie. Reconoce en la fraternidad la condición primordial del género humano, es substantivamente pacifista y considera a la guerra como un crimen horrendo”.
“Estima que el trabajo es un deber esencial del hombre y como tal le dignifica y le honra, sin establecer distingos ni categorías, pero juzga que el descanso es un derecho y se esfuerza porque la vejez, la invalidez, la infancia y la maternidad gocen de los beneficios del amparo colectivo a que son acreedores”.
“La Gran Logia de España de Antiguos, Libres y Aceptados Masones es soberana e independiente de todo otro cuerpo, pero podrá celebrar pactos y convenios con otros cuerpos masónicos regulares del mundo y reservar para sí el derecho exclusivo de legislar sobre el simbolismo de toda su jurisdicción dentro de los usos, costumbres y ceremonias transmitidos desde la antigüedad”.
La moral de la Masonería no está directamente ligada a ningún sistema filosófico, ni a credo religioso alguno. La constituye el fondo común de preceptos universales que enseñan al hombre a ser mejor y a amar a sus semejantes. En todas las religiones y en todas las filosofías se encuentran las esencias de una sabiduría elaborada por los más grandes apóstoles y profetas de la humanidad, inspirados en los más sublimes sentimientos del corazón y templados en las duras experiencias de la vida de la historia.
La Masonería busca la solidaridad de los valores morales, intelectuales, éticos y estéticos para lograr la consistencia armónica de la conducta humana.
Si por cultura entendemos un cúmulo de conocimiento cosechados a través del cultivo y ejercitación de las facultades intelectuales, es obvio que el trabajo intelectual que se realiza en las Logias, a través del tiempo va haciendo que sus integrantes sean compenetrados de determinados valores humanos que, si bien en parte ya pertenecían al bagaje cultural de cada individuo al ingresar a la Institución, se han visto reforzados, pulidos y ampliados con el aporte mutuo del trabajo en Logia, lo que se manifiesta en la inconfundible conducta del masón, tanto privada como pública y en este sentido, cabe hablar de cultura masónica.
La cultura masónica está al alcance de cualquier persona de bien y con inquietudes que lo capaciten para integrarse a un movimiento cultural en el que se busca el perfeccionamiento del individuo por medio del debate de temas filosóficos, científicos, humanistas, etc., en este sentido la Masonería no está limitada a supergenios o superdotados, los masones somos hombres de la calle, trabajadores en las más variadas actividades a los que nos caracteriza nuestro afán de mejoramiento moral, espiritual e intelectual tanto individual como colectivo.
Los masones entendemos que la virtud es la capacidad de hacer el bien en su más amplio sentido y el cumplimiento de nuestros deberes para con la familia y la sociedad sin egoísmo ni vanidad. La Masonería enseña a practicar la virtud como calidad suprema de la moral y como lealtad de la conducta para con el ideal, que debe conducir hasta el sacrificio como sea necesario para el cumplimiento del deber. Considera la virtud como una realización siempre perfectible, porque sabe que el hombre no es invulnerable a las tentaciones y debilidades, pero el permanente esfuerzo del espíritu se convierte en eficaz baluarte de la virtud.
Nuestros reglamentos prohíben al masón difundir los nombres de sus Hermanos (así nos llamamos entre nosotros) y él solo puede hacer pública su condición cuando circunstancias de trascendencia para el bien común así se lo impongan. Los secretos que existen son los medios de que se valen los masones para reconocerse entre sí en cualquier parte del mundo y también la clave para interpretar sus símbolos y las enseñanzas de orden moral que ellos encierran. Mas debe quedar en claro que la Masonería no es una sociedad secreta en cuanto a institución legalmente constituida, sus fines son igualmente conocidos por cuanto están enumerados en los Estatutos aprobados y ampliamente difundidos en diccionarios, enciclopedias y publicaciones históricas.
Pero en épocas de cruenta persecución que en algunos países se ha lanzado contra la Masonería, es lógico que se hayan constituido grupos de masones discretamente reservados, lo mismo que hicieron los cristianos perseguidos por el Imperio Romano. Sin embargo, como es fácil deducir, no es ésta la verdadera motivación del llamado secreto masónico. Este se refiere al estudio de los ritos simbólicos de la Orden, de los cuales surge la utilidad de los trabajos realizados en las Logias.
Algunos históricos remontan los comienzos de la Masonería al inicio de los tiempos. Otros, recordando que masón significa constructor, albañil, remontan ese origen a los gremios de artesanos de la Edad Media, ya que su proceso histórico concuerda con el de la arquitectura y principalmente, de la arquitectura gótica.
Mas, de cualquier manera, la Masonería moderna nace en 1717 en Londres, cuando cuatro Logias resolvieron fusionarse en una institución bajo la denominación de Gran Logia de Londres y Westminster, dando así nacimiento a la masonería especulativa o filosófica, en contraposición a la anterior, operativa.
Se inicia como un gremio de albañiles, divididos por sus conocimientos en tres grados que aún hoy conservamos: Aprendices, compañeros y maestros y tomamos de aquella época de los constructores, las herramientas de la albañilería como emblemas del trabajo masónico que era con el cual los obreros de entonces perfeccionaban sus conocimientos. Cuando esos gremios empezaron a evolucionar, a construir grandes edificios y catedrales, fueron tomando conciencia del poder que significa el conocimiento y así surge por transformación, el concepto de libertad, porque ellos lograron, pese a que en aquella época la voz del señor feudal o del príncipe era la palabra santa, era la ley que había que obedecer ciegamente mientras los demás eran vasallos absolutos de esas potestades terrenales, lograron poder discutir términos con esos patrones y es ahí donde nace el concepto de libertad.
Este concepto evoluciona a partir de entonces y en 1723, año en que el Presbítero Anderson redacta la Constitución Masónica, la idea de libertad se convierte en la piedra angular de la Institución y ésta se abre para recoger en su seno a todos los hombres libres que quieran sumarse a la tarea de redención humana que fomenta y propaga, independientemente de la actividad laboral o condición socioeconómica de los aspirantes, con la única condición de ser librepensadores y adherirse a los principios de la Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Fue perseguida en algunos tiempos, particularmente por los poderes encolumnados tras la Iglesia Católica Apostólica y Romana, que no comprendió que la Masonería estaba comprometida en la búsqueda de la libertad del hombre como meta suprema y que no buscaba ningún poder terrenal ni sustituir a la Iglesia. Las siguientes son las bulas papales mediante las cuales la Iglesia persiguió a la Masonería:
“In Eminenti Apostolatus Specula” de Clemente XII del 24 de abril de 1738. (Sobre esta encíclica se basó Felipe V en 1740 para legislar en contra de los masones, ejemplo que se imitó en el Real Decreto del 2 de Julio de 1751 y otras sucesivas medidas de las autoridades españolas hasta hace algunos años, en que el gobierno franquista condenaba el “delito de Masonería” con una pena mínima de doce años de prisión):
“Humanum Genus” de León XIII del 20 de Abril de 1884, seguida de una instrucción pública del Santo Oficio “De Secta Massonum” del 7 de Mayo de 1884, “Proeclara” del 20 de Junio de 1894, “Annum Igressi” del 18 de Marzo de 1902, sin contar la declaración hecha oficialmente el 19 de Marzo de 1950, a través de las columnas del Osservatore Romano, en el sentido de que las condenaciones a la Masonería se mantienen en toda su integridad.
Cabe mencionar que a través de las bulas del 30 de Enero de 1816 del Papa Pío VII y las del 24 de Setiembre de 1824 y 10 de Febrero de 1825 de León XII, la Iglesia condenaba a los Movimientos Libertadores de América, e indirectamente a la Masonería.
La Masonería no es una asociación política ni puede confundir su actividad con la de ningún partido político, pero el masón no debe estar al margen de los grandes problemas políticos de los pueblos y del mundo entero. En el seno de la Masonería conviven hombres de diversos partidos democráticos y de diversas concepciones sociológicas, mientras sean respetuosos y tolerantes.
Generalmente, por ignorancia o mala fe, se asocia a la Masonería en acciones políticas determinadas. En realidad, es la tarea del hombre masón imbuido de nuestros principios e ideales, quien actuó para promover los grandes movimientos transformadores de la humanidad.
El masón conserva fuera de la Logia toda su libertad de ciudadano y puede dedicar el ardor de su entusiasmo al servicio de sus ideales. Los masones, como tales, no irrumpimos a la vida pública como institución, sino cuando se hace necesaria nuestra acción conjunta para atemperar los espíritus y fijar la senda del progreso dentro de la fraternidad y convivencia humanas.
Institucionalmente, ya que no se concibe el masón sin Logia, todo miembro debe pertenecer a una Logia que generalmente está compuesta por varias decenas de miembros y es totalmente independiente en la esfera de su competencia, sólo limitada por las facultades que las Logias cedieron voluntariamente a la Gran Logia a través de los Estatutos, Constitución y Reglamentos Generales, a los efectos de una más efectiva organización nacional.
La Masonería está esparcida por todo el mundo y en cada lugar adopta las costumbres y tendencias del medio que sean compatibles con sus principios. Así, está generalizada en todas partes la Masonería masculina, lo que no impide que en algunos países se practique la Masonería mixta y/o la femenina. La razón que explica la existencia mayoritaria de la Masonería masculina está en el hecho histórico irrefutable que, como se dijo en otro pasaje, la Masonería actual deviene de los gremios de constructores, de la Edad Media que, obviamente estaban integrados exclusivamente por hombres.
No. Podríamos decir que está al alcance de cualquier hombre capaz de ganarse su sustento. La cuota mensual equivale a aproximadamente a 30€ - 40€.
Dirigirse personalmente. No obstante, el trámite más efectivo, cuando se conoce a algún masón es hacerlo personalmente a través de él.
Cada Logia desarrolla un plan de trabajo que es privativo de ella. Las reuniones son semanales o quincenales y en ellas se abordan, con la única limitante de no hacer proselitismo, temas de interés general: políticos, religiosos, filosóficos, científicos, etc.
La Propaganda Due era una Logia Masónica regularmente constituida dentro de la esfera de la Gran Logia de Italia. En determinado momento, en la década del 60, las autoridades de la Gran Logia advirtieron algunas conductas desviadas del sendero masónico, reconviniendo a la Logia para que retorne a su cause masónico regular. Ante la desobediencia de la Logia, ésta fue separada de la estructura masónica, descubriéndose después de algunos años el acierto de esta decisión, ya que las actividades de ese grupo presidido por Licio Gelli nada tenía que ver con las actividades masónicas, a tal punto que hasta anudó estrechos lazos con autoridades del Vaticano con el objeto de delinquir.
Si se recuerda, en otro pasaje se habló que el número de miembros de una Logia es de varias decenas, ya que se trata de que todos los integrantes participen de los trabajos, como asimismo estrechar lazos de amistad y fraternidad muy intensos. Pues bien, la P-2 tenía mil afiliados, de acuerdo a la lista oficial de la Justicia Italiana, lo que habla bien a las claras que no podía funcionar jamás como una Logia Masónica.
No tenemos ninguna relación, ni buena ni mala, más a pesar de que, como se dijo en otro pasaje, históricamente la Iglesia persiguió excomulgó a los masones a través de las bulas papales, hoy día no tendríamos ningún inconveniente en iniciarla, en la medida que exista el formal compromiso de bregar por la libertad del hombre a través del goce y ejercicio de los Derechos Humanos, asegurando el pluralismo y no poniendo otro límite al conocimiento de la verdad que la razón misma.