Respetable Logia Simbólica nº 143
Moriá
Murcia

Una decisión libre, individual y responsable

iniciacion-masonicaEl ingreso en Masonería se fundamenta en una decisión libre, individual y responsable. El caballero solicitante es el único que puede tomar la decisión de llamar a las puertas de la Masonería.

La Masonería no hace proselitismo, es decir, nunca pedirá a nadie que se incorpore a la Orden, ni ningún masón le pedirá que solicite su ingreso. Es el candidato quien, de forma libre y responsable, debe solicitar su admisión.

Quizá conozca a alguien que es masón y converse con usted acerca de Masonería, pero de ninguna manera le pedirá que ingrese. Un hombre debe solicitar su ingreso por su propia voluntad, y no por haber sido inducido o invitado.

Lamentablemente, a menudo se encuentran hombres que esperaron en vano ser invitados por desconocer que a un masón no le está permitido pedirle su ingreso.

Si desea una información más precisa sobre cómo ingresar en Masonería, o aclarar cualquier duda, desde esta Respetable Logia Simbólica Moriá nº 143 nos ponemos a su entera disposición para contestar todas sus consultas o solicitudes y facilitarle toda la información que nos requiera y sea precisa.

Contactar con nuestra Logia es sencillo, envíenos su formulario de contacto y estaremos encantados de atenderle.

Estas breves líneas van dirigidas a todas aquellas personas interesadas en saber algo más sobre la Francmasonería, sea por simple curiosidad, sea porque contemplan la posibilidad de ingresar en Masonería y, que antes de tomar una determinación, sienten la necesidad de disponer de más conocimiento sobre nuestra orden.

 

Requisitos para ser Masón

Toda persona que esté interesada en ingresar en Masonería ha de reunir los siguientes tres requisitos:

  • Ser una persona LIBRE, puesto que la solicitud de iniciación a la Masonería ha de ser consecuencia de la innata libertad individual, lejos de toda presión, influencia, dependencia, o circunstancia que la coarte.
  • Ser una persona DE BUENAS COSTUMBRES, es decir, digna de confianza, honrada en vida privada, en su forma de trabajar, y de buena reputación.
  • CREER EN UN PRINCIPIO SUPERIOR o Causa Primera de todo lo creado, al que se denomina comúnmente como Dios, y que los masones, respetando siempre la libertad del individuo ante cualquier creencia particular, nombran como Gran Arquitecto del Universo.

 

Procedimiento

Mason dando la bienvenida

Ser miembro de una logia masónica de una Obediencia Regular y Tradicional, como es el caso de la Logia Moriá y de la Gran Logia de España, está al alcance de todo hombre que cuente con la mayoría de edad civil, sin distinción de nacionalidad, grupo social o religión.

Para ser aceptado como miembro e ingresar en Masonería ha de tener un carácter tolerante, aptitud para trabajar en grupo, gozar de buena reputación, creer en la existencia de un Ser Supremo y tener una mínima capacidad de comprensión de los conceptos morales y filosóficos propios de nuestro arte.

Un candidato puede venir recomendado por un miembro de nuestra Logia, o bien plantear su solicitud directamente.

Antes de presentar una solicitud formal tendrá la oportunidad de mantener una entrevista personal con uno o varios miembros de nuestra Logia en la que deberá manifestar sus inquietudes y expectativas, toda vez que podrá plantear abiertamente las preguntas que desee para clarificar sus dudas, de tal modo que su decisión esté bien fundamentada.

Ante todo le recomendamos que sea paciente y reflexivo, pues sólo debe plantearse ingresar en Masonería si realmente ha aclarado sus motivaciones.

Finalmente, su solicitud será sometida a la aprobación de los miembros de nuestra Logia y, en caso de ser aceptado, se pondrá en marcha un protocolo que desembocará en su iniciación para ingresar en Masonería formalmente, como un miembro más de nuestra Logia.

Si lo desea, cumplimente el formulario de contacto y le atenderemos con discreción y prontitud.

 

Antiguo texto presentado al caballero profano al solicitar su ingreso en Masonería.

“Deseando la Sociedad Masónica que todo el que manifieste interés en pertenecer a ella, se libre del riesgo de sufrir un desengaño, y queriendo ofrecer a tiempo oportuno una prueba de su buena fe, considera justo dar a los aspirantes ideas exactas, tanto para que se instruyan en el verdadero objeto de la Sociedad, cuanto para que desechen las vulgaridades que corren de boca en boca, y que hacen formar de ella conceptos erróneos y absurdos que ridiculizan a quien es capaz de concebirlos.

La Sociedad, cuando se le ofrece un candidato, se cree en el derecho de examinar su vida y costumbres: con tal propósito, tan luego como se le presenta una propuesta, nombra una Comisión especial, que haga las investigaciones convenientes, sin perjuicio de los esclarecimientos que practican todos sus miembros. Si los informes que adquieren son desfavorables, la Sociedad toma mayor empeño en averiguar las cualidades del profano, y resultando nuevamente desfavorables y probados con la claridad del día, entonces el nombre del individuo propuesto no vuelve a resonar entre los masones. Si, por el contrario resultan favorables los informes, se procede a una votación secreta por bolas blancas y negras, en la cual las segundas se excluyen. En este caso la negativa no ofende, pues basta que un miembro crea que el propuesto no encontrará en la Masonería lo que apetece, para que le niegue su voto.

La Masonería no se propone satisfacer ningún interés mezquino, ninguna mira egoísta. Su objeto, es altamente noble; su misión, exclusivamente humanitaria. Ella trabaja para fomentar el progreso moral, la caridad y filantropía de todos los hombres de recta conciencia y de buenas costumbres.

Pretender incorporarse en el seno de la Masonería por intereses privados o por objetos particulares, sería un absurdo; y efectuarlo sin encontrar en sí toda la abnegación que la Masonería demanda, es un engaño.

La Masonería tiene secretos fundados en la razón y en la justicia, que no pueden penetrarse, y juramentos que no pueden quebrantarse; pero ni unos ni otros se oponen en lo más mínimo a la religión, las leyes, ni a la moral.

El aspirante que intente su ingreso o incorporación por curiosidad, no consigue su objeto, porque los misterios en que está envuelta la Masonería, y que forman sus secretos, se van comunicando por grados, que se contienen después de muchas pruebas de fidelidad al que más lo merece y nunca lo solicita.

El que se liga con un juramento y lo quebranta, no infiere daño alguno a la Sociedad, el mal recae solamente sobre él, que no ha tenido bastante constancia para cumplir el deber que voluntariamente se impuso.

La Masonería no exige de sus miembros la abjuración de sus principios religiosos, ni osa penetrar en sus dogmas peculiares.

La Masonería no necesita poderosos; pero tampoco admite en su seno personas que no tengan una ciencia, arte, oficio o renta con que poder atender a las necesidades de su familia, y, sin menoscabar estos primeros deberes, un pequeño sobrante para hacer frente a los gastos de la Sociedad y socorrer a los necesitados.

La Masonería no llenaría su grande objeto de fraternizar la especie humana, si admitiese discordias, pleitos y riñas entre sus miembros; toda la diferencia debe arreglarse entre ellos mismos, antes de apelar a personas extrañas, así es que si el candidato encontrase después de admitido, algún individuo con quien no estuviese en buena armonía, está obligado a deponer su resentimiento, considerarlo como su amigo y darle el abrazo fraternal. Si la desavenencia es litigiosa, expondrá sus fundamentos entre los jueces de la Masonería, para que ellos le presten la justicia que demanda, antes de acudir a los tribunales profanos.

Exige también la Masonería una parte del tiempo de sus miembros para la asistencia a sus reuniones o para el desempeño de alguna comisión, y esto no puede negarse sin una causa legítima y poderosa.

Por último, el que aspire a proponerse como candidato, debe ejercitar la temperancia, ser industrioso y aplicado a su profesión, fiel a su Jefe o Maestro, practicar la virtud, partir su pan con el necesitado y no comer el de otro sin pagarlo, enseñar el verdadero camino al viajero extraviado, huir del juego, de la embriaguez, de la usura y de todos los vicios que condenan la moral y, finalmente, prestar a sus hermanos cuantos socorros, auxilios y protección le permitan sus circunstancias.”

(Fuente: Archivo Histórico Nacional de Salamanca. Ejemplar conservado en el expediente personal de Cristóbal Zaragoza García, Leg. 334/6)

 

Un último apunte

En Masonería se dice que la puerta de salida es más grande que la de entrada, pues para ingresar es necesario contar con la aprobación de los miembros de la Logia, pero para dejar la Masonería sólo se necesita la decisión individual e irrefutable del masón.

Todos los masones tienen el derecho de causar baja libremente y de forma inmediata, sin más explicación que la manifestación de su deseo, y su decisión no estará sujeta a discusión, votación o aprobación.

La Masonería acepta hombres buenos para hacerlos mejores, pero como institución centenaria que es, vela porque sus miembros mantengan una coherencia ética con sus ideales dentro y fuera de la Orden. Por tanto, también es posible dejar de pertenecer a una Jurisdicción Masónica al ser excluido de ella como medida disciplinaria, ya sea por motivo de actos indignos en la vida privada, o por cometer alguna infracción reglamentaria propiamente masónica.

Como ingresar en masoneria